En la sociedad actual que nos ha tocado vivir estamos rodeados cada vez más por un círculo vicioso formado por: el estrés, la ansiedad y la depresión.

Vivir deprisa, segundo a segundo, provoca una tensión que nos genera una sensación de inquietud, de amenaza…

Finalmente, el desgaste físico, emocional y mental acaban dando lugar a una tristeza que nos paraliza, nos quita las fuerzas e incluso la ilusión por la vida.

Voy a hacerte una proposición para que vivas más conscientemente tu día a día, en definitiva tu vida con más calma y con una atención más plena.

¿Cómo, te preguntarás? Uniéndote a la “vida lenta”.

Se trata de un movimiento que surgió en Estados Unidos y cada vez más se está introduciendo en Europa desde hace unos cuantos años.

El movimiento lento (slow movement) es una corriente cultural que promueve calmar las actividades humanas.

Este movimiento propone tomar el control del tiempo encontrando un equilibrio entre la utilización de la tecnología orientada al ahorro del tiempo y el poder disfrutar de actividades de ocio como dar un paseo o compartir una comida tranquilamente con unos amigos.

Sus seguidores han descubierto que se puede trabajar menos (en el sentido de “producir”), gastar menos, ser más felices y sentirnos más vitales.

Los que están disfrutando de este movimiento aseguran que el dinero y las cosas materiales no llenan las necesidades afectivas, que nos sentamos delante del televisor por inercia, que una de nuestras diversiones es ir de compras y nuestra prioridad el trabajo. También señalan que la calidad de vida no consiste en ganar más dinero sino en ser dueños de nuestro tiempo y de nuestra vida.

¿Te resuenan alguna de estas palabras? Seguramente que sí, pero entonces piensas que es complicado apuntarte a este movimiento y sigues con tu vida de siempre: estrés, prisas… justificando que es la vida que te ha tocado vivir, que a todo el mundo le pasa lo mismo, que la sociedad que vivimos es la que nos obliga a llevar este ritmo, que no hay otra alternativa … pero me gustaría que ya que has llegado hasta aquí con tu lectura, sigas leyendo los tres tips que te propongo a continuación y que reconozcas sinceramente que no son tan complicados de aplicar, ¿lo intentas?

3 tips para vivir con más consciencia

Apaga la televisión: piensa en las cosas que puedes hacer: escribir, meditar, hablar con tu pareja… en lugar de mirar programas y publicidad que aplanan la mente.

Busca la sencillez: recupera el placer de una buena lectura, de un buen paseo, contempla una puesta de sol… saborea las cosas simples.

Búscate un hobby que te interese el cual te ayudará a relajarte y te enriquecerá al mismo tiempo.

No hagas nada: reserva un rato diario para estar sentado o tumbado en un lugar tranquilo ya sea en casa, en el trabajo… rodeado de todas las cosas que deberías estar haciendo pero sin hacerlas. Te costará varios intentos superar el sentimiento de culpa o la necesidad incontrolable de hacer algo, pero una vez domines la situación te asombrarás de los resultados; una mejor perspectiva de las cosas entre otros.

Una vez has llegado hasta aquí, ¿te animas al menos a probar por unos días a unirte a la “vida lenta”?

Prueba, observa qué cambia en ti y en tu alrededor; y si tienes dudas, preguntas, o deseas hacer un feedback puedes hacerlo rellenando el formulario que encuentras a continuación y me pondré en contacto contigo lo antes posible.

 

 

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