Una de cada cuatro adolescentes de 14 años manifiesta síntomas de depresión, mientras que en el caso de los chicos la proporción es del 10%.

Los antecedentes psicológicos de los dos progenitores (padre y madre) son un factor de riesgo y se debe trabajar de forma precoz con el cuadro familiar.

Los padres que sufren depresión deberían ponerse en manos de profesionales y hacer un seguimiento de los hijos ya que la forma de relacionarse de éstos con el mundo viene determinado en buena medida por lo que ven en casa.

Los padres transmiten miles de mensajes a los niños, no sólo con lo que les dicen sino también por cómo afrontan las demandas del día a día y en la manera de quererse a uno mismo y a los demás.

Es a partir de los 13 años, coincidiendo con el inicio de la adolescencia, cuando se manifiestan los primeros síntomas depresivos.

La inestabilidad emocional es una característica de la adolescencia y suele mejorar cuando la persona madura y adquiere mecanismos de afrontamiento óptimos.

 

Algunas Recomendaciones

Estar atentos a la evolución de cada hijo, sobre todo si se dan factores de riesgo, como vivir una experiencia estresante o tener a familiares próximos con trastornos.

La mayoría de padres no son conscientes de la gravedad de la situación.

El distanciamiento de los amigos, la tristeza, los cambios en el estado de ánimo, la irritabilidad, las alteraciones en los hábitos del sueño o de la alimentación pueden poner a los padres en alerta.

También hace falta hablar con los hijos y manifestarles la disponibilidad por si quieren pedir ayuda.

 

Alerta a los siguientes cambios

Cambios emocionales

  •  Irritabilidad.
  •  Sentimiento de tristeza.
  •  Falta de interés en las actividades normales.
  •  Baja autoestima.
  •  Dificultad para concentrarse, recordar cosas, tomar decisiones.

Cambios en el comportamiento

  •  Cansancio y falta de energía.
  •  Cambios en los hábitos alimenticios.
  •  Quejas frecuentes de dolor de cabeza sin causa aparente.
  •  Faltas de asistencia frecuentes al centro escolar.
  •  Insomnio o dormir demasiado.

 

Cómo combatirla

Hablando. Indagar causa y el apoyo de la familia es un pilar esencial en su recuperación.
Acudiendo a un profesional. Iniciar tratamiento si es necesario.
La terapia es una vía de expresión y canalización de los sentimientos.
Planificando rutinas.
Practicando ejercicio físico y si es al aire libre o en grupo mejor.

 

“Los jóvenes siempre han tenido el mismo problema; cómo ser rebelde y conformarse al mismo tiempo”

Quentin Crisp

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