Se están disparando los casos de niños y niñas que sufren estrés infantil, y éste va creciendo en la adolescencia.

Nos encontramos con niños más irritados, con cambios constantes en su estado de ánimo, que acuden a clases extraescolares, que verbalizan que van acelerados aprendiendo, con presión social y académica …; que impone sobre los más pequeños un nivel de estrés que puede afectar de forma severa a su salud física y mental.

Se trata de un estado cada vez más común en éstos, sea por presiones sociales, problemas escolares o familiares.

Los padres debemos ayudar a los niños a canalizar sus emociones y sentimientos de forma relajada.

 

Qué es el estrés

El estrés es la respuesta del organismo ante situaciones que se perciben como amenazantes o de demandas que no pueden satisfacerse.

 

¿Cuáles son los principales síntomas del estrés infantil?

Un niño con estrés tiende a tener una actitud ansiosa y depresiva, problemas de sueño y de alimentación, conducta impulsiva y bajo rendimiento académico.

La infancia y la adolescencia son periodos que se caracterizan por cambios a los que los niños y adolescentes deben hacer frente.

Ante una situación de estrés mantenido o intenso, se produce una fase de agotamiento y el organismo puede enfermar; por ejemplo puede afectar de forma severa a su salud bucodental, a cefaleas tensionales, dolores estomacales…

 

Cómo afrontarlo

Debemos empezar a prevenirlo o tratarlo en casa, manteniendo un entorno familiar equilibrado, sin muchas exigencias ni mucha permisividad, sin demasiado control ni mucha indiferencia por parte de los padres.

Practicar ejercicio físico: hacer gimnasia, practicar algún deporte, ir en bicicleta, jugar …

Practicar Yoga: puede ayudarles a controlar los sentimientos como la rabia, la ira, el aburrimiento, la frustración… a la vez que despeja la mente y ayuda a tomar mejores decisiones.

Música y Baile: escuchar música ayuda al equilibrio emocional y a generar más pensamientos positivos al niño, también ayuda a acelerar el proceso de aprendizaje y concentración.
Bailar potencia la expresividad, mejora la autoestima a la vez que favorece el ejercicio cardiovascular.

Mindfulness: es básico saber respirar conscientemente.
Esta técnica milenaria puede evitar y tratar el estrés con solo 10 minutos diarios de práctica.

 

Si crees que tu hijo sufre estrés y no sabes cómo ayudarle, te recomiendo que visites cuanto antes a un profesional de la Psicología, no pienses que es “cosa de niños” o que “ya madurará” …
ACTUA antes de que sea demasiado tarde.

 

Pídeme información si quieres conocer nuevas técnicas para combatirlo adaptadas según las necesidades.

 

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