¿Te adaptas con optimismo a los golpes que te da la vida?

¿Ante la adversidad sabes aferrarte a todo lo bueno que tienes?

Es básico que lo hagas porque la actitud positiva ayuda al cuerpo a enfermar menos y a curarse mejor.

 

¿Qué recomendaciones te propongo para que lo consigas?

Confianza

Concéntrate en que dentro de ti está la capacidad de vencer la situación. Cree en ti.

Entrena tu optimismo

Analiza lo que te sucede con cierta distancia, como lo harías si aconsejaras a un amigo y piensa que lamentándote no haces más que empeorar la situación.

Piensa que atraemos lo que pensamos.
Un pensamiento negativo lleva a otro, creando un círculo vicioso totalmente perjudicial.

¿Cómo recuperar el entusiasmo?

Rechazando cada una de las malas ideas que te pasen por la mente y fomentando otras nuevas.
¿Por qué no te dices: “Yo puedo”, “Estoy dispuesto a cambiar”…?

Verás que si eres constante y paciente estos pensamientos positivos acabarán sustituyendo de forma automática los negativos.

No anticipes

No adelantes situaciones negativas que pueden no darse ya que generas un sufrimiento innecesario que te quita la energía que necesitas para recuperarte.
No te aferres al pasado. Vive el PRESENTE. Avanzando paso a paso.

Pide ayuda

Sentirse apoyado juega un papel fundamental en las superaciones de situaciones difíciles.
¿Expresas tus emociones? ¿Hablas de tus miedos? ¿Conoces tus necesidades?

Proyecta

Ilusiónate con esa escapada que tanto te apetece, acaba de escribir aquel libro que empezaste y no acabas…

Actívate

Practica Pilates, Mindfulness… contribuyen a mejorar tu estado físico y emocional favoreciendo en ti una actitud positiva.

Recuerda que la diferencia entre un buen día y un mal día depende de tu ACTITUD.

 

Finalizo este post mostrándote unas sabias palabras de William James (el padre de la psicología americana):

“El gran descubrimiento de cualquier generación es que un ser humano puede alterar su vida cambiando su actitud frente a la misma”.

Pin It on Pinterest