Nos pasamos la vida tomando decisiones: unas relevantes, otras más intrascendentes, éstas pueden ser fruto de un impulso, o de un proceso más largo en el que barajamos distintas opciones para encontrar aquella que más nos convenga…

¿Elegiré la mejor opción?

¿Será la correcta?

¿Me estaré equivocando?

Dudar es humano, tomar una decisión no es nada fácil y está marcada por la duda.

Es normal que dudemos y que no nos conformemos con la primera opción que se nos presenta.

Pero esta duda aparentemente constructiva puede volverse improductiva si le damos vueltas y más vueltas al asunto sin llegar a ninguna conclusión que nos resulte útil.

Entonces es cuando nos paralizamos.

 

Relájate y desbloquéate

Te recomiendo que no exageres la importancia de las cosas.

Es importante que recuerdes que ninguna decisión es perfecta y que a menudo la opción que acabas eligiendo te va a seguir generando dudas incluso aunque hayas llegado a la conclusión de que era el mejor camino a seguir.

A mí, me gusta pensar que todo es como debe de ser y debemos fluir más; pensar menos y sentir más.

 

Libera tensiones

A menudo, nos bloqueamos cuando tenemos distintas opciones porque no vemos más allá o porque tenemos en mente ciertos factores.

Relajarnos significa ser más flexibles con la información que utilizamos, y dejar de dar vueltas y más vueltas imaginando situaciones que no van a darse.

Debemos pasar a la acción y dejar de lado tanta preocupación que acaba por desgastarnos.

Hay un proverbio chino que te va a hacer pensar:

“Si el problema tiene solución, por qué te preocupas? Y si no la tiene, por qué te sigues preocupando” Proverbio Chino

Así que debemos lanzarnos y recordar que en cada momento decidimos lo mejor que sabemos.

 

Todo tiene solución

Ahora que ya sabes que dudar es humano y forma parte de nuestra vida normal, lo que no lo es es quedarnos atrapados sin ser capaces de tomar decisiones.

A veces pensamos llevados por el agobio que estamos decidiendo entre la vida y la muerte y seguro que no es así.

 

¿Qué hacer entonces? Una pausa, pensar en otras cosas y lanzarse.

Seguro que lo peor que te puede pasar no es tan malo como te lo imaginas.

 

Como siempre, te agradezco que me leas, y si crees que puede ayudarle este post a alguien, te invito a que lo compartas.

Te invito también a que me hagas cualquier pregunta que te haya surgido durante la lectura.

Pin It on Pinterest