Cuando vivimos bajo presión, con estrés, con la sensación de que nos faltan más horas al día… conviene mirar hacia dentro para analizar QUE nos está llevando a ese estado de inquietud constante.
Este es un paso muy importante en el camino hacia la recuperación de la calma.

 

Algunas recomendaciones.

 

Escuchar QUE nos está diciendo el cuerpo.

Es hasta cierto punto normal que no sintamos inquietos, preocupados, nerviosos… ya que vivir en estado de alerta nos ayuda a responder ante determinadas situaciones con celeridad; pero si nuestro cuerpo empieza a dar señales como: sudoración, tics, palpitaciones; es cuando tenemos que empezar a pensar en tomar medidas.
Conviene PARAR y ver QUE ocurre antes de que lleguemos a colapsarnos completamente.

 

Identificar el origen de las tensiones internas.

La tensión que vamos acumulando acostumbra a provenir de un enfrentamiento entre las expectativas que tenemos para funcionar como queremos, frente a una realidad limitante que nos impide alcanzarlo.

 

Buscar el equilibrio entre el SER y el QUERER.

Lograr la conciliación entre lo que queremos ser y lo que somos parece difícil y el equilibrio solo puede venir de un replanteamiento.

 

Analizar las relaciones personales.

Solemos ceder a las peticiones de otras personas si una parte de nosotros está interesada en esa relación.
Hay que ver en cada momento si es posible ajustar esas peticiones.

 

Dejar de exigirnos lo imposible.

No es lo mismo querer que los hijos estén bien que pretender ser una madre o padre perfectos, ya que la perfección no existe (pero este sería un tema a tratar en otro post).
Y lo mismo sucede con las amistades y familia.

 

Conviene darse cuenta si no nos estamos exigiendo demasiado.

Identificar QUE es lo que necesitamos.
Generalmente, esperamos que sean los demás los que se den cuenta de lo que queremos o necesitamos para asi no tener que reclamar nuestros propios deseos.

 

Tiempo para reflexionar.

¿Por qué no hacer un pausa y recordar cuando fue la última vez que permaneciste en silencio sin ninguna distracción?
Si nunca te has permitido este momento de introspección, te invito a que lo pruebes.
Siéntate un momento y piensa en aquellas ideas en las que quieres profundizar o que te traigan buenos recuerdos y deja volar tu mente libremente.

 

Recuerda que…

 

“Una mente en calma trae fuerza interior y confianza en uno mismo, por eso es muy importante para la buena salud”

Dalai Lama

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