La adolescencia preocupa mucho a los padres que tienen hijos adolescentes.

Es la etapa que tiene lugar entre los 10 y los 19 años, aunque algunos estudios apuntan que finaliza a los 25, coincidiendo con el inicio de la madurez.

A lo largo de estos años, los jóvenes experimentan una serie de cambios a nivel físico y biológico, psicológico, social y sexual.

Es una etapa determinante en el desarrollo de la personalidad de los futuros adultos; y probablemente es la etapa de la vida más turbulenta que puede vivir el ser humano.

Voy a exponer algunos de los problemas con los que nos encontramos a lo largo de este período, y que tienen cierta repercusión en el ámbito familiar, social y académico.

Evidentemente hay muchos más: adicción a las nuevas tecnologías, sexo sin precaución…; pero voy a centrarme con los que me encuentro más a menudo en consulta.

 

Problemas emocionales

Los adolescentes tienden a evitar el contacto con los adultos, sintiéndose más cómodos entre su grupo de iguales (edad similar y compartiendo gustos y intereses).
Y … ¡cuidado! que la sintomatología depresiva es común en este período.

 

¿Cómo abordar los problemas emocionales con adolescentes?

Es importante que no se sientan juzgados ni cuestionados.
Debemos crear momentos en los que el adolescente pueda expresarse libremente sin que el adulto le someta a un interrogatorio.
Hay que respetar su espacio y sus ritmos, sin que se sientan invadidos; así se sentirán cómodos y podrán expresarse.

 

Trastornos alimenticios

Cada vez son más comunes los casos de anorexia y bulimia en jóvenes, tanto en chicos como en chicas.
Estos problemas están relacionados con una baja autoestima y cómo los adolescentes perciben su imagen corporal.
La autoestima depende de lo que pensamos sobre nosotros mismos y, además, está influida por cómo nos tratan los demás y los comentarios que recibimos.
Por eso, para fomentar una buena autoestima debemos mandarles mensajes positivos y animarles a que se quieran a sí mismos por cómo son y no por cómo les gustaría ser.
Es importante aceptarse a uno mismo con los defectos y virtudes y cambiar aquello que realmente depende de nosotros  y que nos conduzca a una mayor satisfacción personal.

 

Alcohol y drogas

El inicio de estas sustancias, hoy, es precoz (entre los 12 y los 13 años).

Empiezan fumando tabaco y bebiendo alcohol; y a medida que pasa el tiempo empiezan con la marihuana para terminar con las anfetaminas.

A veces, el consumo es consecuencia de la inadecuada gestión de las relaciones y del tiempo de ocio.

Si queremos evitar el consumo precoz, debemos ofrecer a nuestros jóvenes otras alternativas de ocio en las que compartan el tiempo libre con su grupo de amigos y realicen actividades que les resulten satisfactorias.

 

Bajo rendimiento académico

Algunas causas que conducen al bajo rendimiento académico son: la falta de motivación, problemas de atención, falta de hábito, problemas emocionales, etc…

Este es un problema que afecta a toda la comunidad educativa y, por lo tanto, padres y profesores deben trabajar conjuntamente por el bien de los alumnos.

 

Termino este post con una frase que da lugar a la reflexión:

 

“Los hijos adolescentes parecen los más difíciles de educar, pero si lo consigues, tus enseñanzas durarán para toda la vida»

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