Como bien sabemos, este tipo de atención nos permite aprender a relacionarnos de forma directa con aquello que está ocurriendo en nuestra vida, aquí y ahora, en el momento presente.

Los niños son los que más atención plena realizan del mundo, son los verdaderos maestros de vivir el presente, de eso no hay ninguna duda.

Muestran una pasión y un asombro infinito ante muchas cosas, no se preocupan por el futuro ni le dan vueltas al pasado, aprenden como esponjas, viven cada experiencia como si fuera la primera vez…

Son unos expertos innatos en Mindfulness, el problema es que con el tiempo van perdiendo esa capacidad y se van volviendo adultos. Además, los niños también tienen sus puntos débiles, a veces no saben vivir plenamente bien sus propias emociones, sobre todo las negativas: como el enfado, la ansiedad o el miedo.

Iniciar a los niños en la práctica del Mindfulness no es algo tan difícil como parece, es más, ellos tienen mayor poder de contemplación que nosotros, ya que tienen la ventaja de la “mente principiante” por lo que viven los momentos con mayor intensidad…

Pero tristemente, en la sociedad de hoy en día tenemos un gran enemigo para el poder de la creatividad, y es la sobre estimulación de las maquinitas y dispositivos móviles: videojuegos… Nos invaden en el día a día y nos inunda nuestra mente con diferentes estímulos, creando una gran agitación mental continua, una mente acelerada que no tiene tiempo para descansar, ni sentir, ni crear… Porque cuando la mente no para de pensar, no tiene tiempo de aburrirse, que es lo que impulsa a crear e innovar.

Sin embargo, la práctica de Mindfulness con los niños, puede propiciar ese momento de pausa mental, para poder dejar de hacer,  pensar, y simplemente SER.

¿Por qué propongo sesiones de Mindfulness?

  • Desarrollan habilidades para la resolución de conflictos.
  • Aumentan la conciencia corporal.
  • Mejoran la gestión emocional y la interacción social.
  • Incrementan las habilidades cognitivas: memoria, concentración, autonomía…
  • Potencian la empatía y la comprensión hacia los demás…

 ¿Cómo les enseño Mindfulness?

Existe infinidad de ejercicios prácticos para hacer dependiendo la edad y la modalidad (si se trata de sesiones individuales o grupales), pero generalizo y propongo dos básicos.

  • Comer conscientemente

Practicar la atención plena a la hora de comer es una actividad genial para los niños, ya sea: una manzana, un trozo de chocolate … se pueden hacer juegos muy divertidos para que aprendan a saborear plenamente lo que comen con cada sentido, o también se pueden hacer juegos para que se den cuenta de cuando comen con hambre, con prisa y con ansiedad.

  • Aceptar las emociones

Negar las propias emociones genera un gran problema para los niños al provocar una lucha contra ellas y no aceptarlas. Tenemos que validar sus emociones y hacer comprender su tristeza ya que les ayudará a aceptarla desde el presente.

Ser conscientes de porqué tienen estas emociones y para qué sirven.

Muchos niños cuando están nerviosos o preocupados no saben qué les está pasando.

Si les explicamos los síntomas de la ansiedad como el dolor de barriga les ayuda mucho a entender qué está pasando.

 

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