Quedan días para que se acabe este año y quizás ha llegado el momento de ser más conscientes de que la vida son etapas y que debemos saber que se acaban.

  • ¿Te has quedado sin trabajo?
  • ¿Se ha terminado tu relación de pareja?
  • ¿Te has mudado de casa?…

Podemos perder mucho tiempo de nuestro presente dándole vueltas a los por qué y tratar de entender por qué sucedió esto o lo otro…

No podemos estar en el presente añorando el pasado.

Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse.

De lo contrario, el desgaste va a ser infinito, porque en la vida: tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, terminar etapas, momentos de la vida … y seguir adelante.

Si insistimos en permanecer en ellas más tiempo del necesario, perdemos la alegría y el sentido a todo lo demás.

                                               ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!

Por eso, a veces es tan importante deshacernos de: recuerdos, romper papeles, tirar documentos… en definitiva: dejar ir, soltar, desprenderse.

Es hora de ir cerrando círculos, capítulos… o como quieras llamarlo.

Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

De hecho, ya no eres el mismo/a que fuiste hace dos días, ni hace tres meses, ni hace un año. Por lo tanto, no hay que volver atrás.

 

¿Qué es un ciclo?

Para mí, es la unión de momentos vividos, llenos de sentimientos (agradables o no) a los cuales nos apegamos.

  

¿Por qué nos cuesta tanto cerrarlo?

Principalmente por apego, que es el vínculo afectivo que nos ata a las cosas y/o personas, y muchas veces sin sentido.

 

¿Cuándo logramos cerrar un ciclo? 

Es importante saber que debemos descubrir la evolución de cada uno de nosotros para poder seguir avanzando (a pesar de lo que hemos perdido).

Logramos cerrar un ciclo cuando somos capaces de recordar con cariño (no olvidamos), pero no con esa necesidad; somos capaces de agradecer por lo que fue y dejar de sufrir por lo que ya no es y asimilamos la pérdida como una experiencia para crecer y aprender.

 

¿Cómo podemos cerrar ciclos?

  1. Recordando: por cruel que nos parezca, recordemos todo lo que hemos vivido en ese momento que ahora nos duele, es imposible que todos los recuerdos sean negativos, así que aprendemos de lo sucedido, aceptamos lo vivido y no pretendemos olvidarlo.
  2. Perdonando: sé que no es nada fácil, pero de esta manera aprendemos a no guardar rencor. Intentamos comprender que a veces se trata de malos momentos, decisiones incorrectas … y no todos tenemos recursos para evitar lastimar o decepcionar.
  3. Rindiéndonos: es imposible que encontremos una respuesta a todas las preguntas que nos pasan por la cabeza. El ser humano intenta racionalizar todo, llevando a suponer y por tanto, sufrir. A veces, no todo es lógico o justo y debemos aprender a vivir con esto. Aferrarnos a querer entender lo que sucedió y sus razones sólo nos llevará al desgaste como he comentado antes.
  4. Aceptando: hay cosas que no podemos controlar ni cambiar, dejemos de dar vueltas ya que el tiempo no regresa. Lo hecho, hecho está.
  5. Desprendiéndonos: necesitamos VIVIR.

 

Es muy común que al terminar una relación, alejarnos de un ser querido, pelearnos con un amigo… en definitiva, sufrir cualquier pérdida que implique sentimientos, también se pierde nuestra alegría, ilusión, satisfacción en la vida. Nos apegamos a lo que perdimos y creemos que eso es la única fuente de nuestra alegría; sin embargo esos sentimientos se generaron dentro de nosotros, por lo tanto eres el que decide dejarlos salir.

Si te ha gustado este post, te invito a que lo compartas con aquellas personas a quienes creas que les puede ayudar; y si necesitas que te acompañe en tu proceso de cerrar algún ciclo, sólo tienes que contactar conmigo.

Pin It on Pinterest