Los niños van pasando por diferentes etapas a lo largo de su infancia y con cada etapa viven diferentes miedos; se trata de miedos evolutivos que suelen ser poco intensos y no acostumbran a durar demasiado tiempo, aunque los niños los vivan de manera intensa y a los padres nos parezca que esta temporada nunca acaba.

Voy a mostrarte unas sencillas pautas para que apliques ante los miedos típicos.

    • No dejes al niño solo cuando tenga miedo. Se trata más bien de escucharlo, respetar lo que dice, ya que es un sentimiento muy real el que siente y que le hace sentirse mal.
    • Ante el típico miedo a los monstruos, puedes buscarlos con él dentro del armario o debajo de la cama. Que vea que no están y para que se sienta más seguro le puedes ofrecer a la hora de acostarse un muñeco que le sirva de protección. También es un buen recurso leerle cuentos sobre esta temática.
    • Si pide que le dejes la luz encendida o la puerta abierta, es mejor que lo hagas ya que se siente amenazado; cuando consiga superar el miedo que le hace sentir mal ya no necesitará la luz encendida y será un logro para él que puedes ir recordándole cuando lo consideres necesario de cómo ha sido capaz de superar su miedo a la oscuridad.
    • Buscará tu protección, ofrécele apoyo hasta que consiga vencer sus temores: abrázalo, cántale hasta que se duerma, acompáñalo… no tengas miedo ya que no se volverá dependiente. En los momentos en que veas que no ha tenido miedo lo mejor es reforzarlo por su valentía.  A los niños les gusta crecer y que sus padres valoren sus pequeños logros. De esta manera, llenando su miedo  con tu amor y elogiando sus pequeños logros, el niño encontrará herramientas para gestionar su miedo.
    • Háblale de lo que puede estar sintiendo o pasando: “¿Te asusta estar sin mamá? Entiendo que te asuste una situación nueva…”  Dile que es normal tener miedo y explícale que tú a su edad también los tenías y lo que hacías para superarlos: cantar, cerrar los ojos y pensar en cosas bonitas…

 

Lo que nunca se debe hacer

  •  Utilizar sus miedos para controlar su conducta o como motivo para castigarlo, por ejemplo: “Si no te duermes te apago la luz o te cierro la puerta”, ya que es un método insuficiente que no ayuda al niño a saber cómo puede vencer su miedo.
  •  Negar su sentimiento tipo: “Qué tontería”, “Cómo puedes tener miedo a eso…” , son expresiones que pretender anular lo que el niño siente aumentando su inseguridad y incluso llegando a bloquearlo.

 

 ¿Cuándo te recomiendo buscar ayuda profesional?

Principalmente si tu hijo se encuentra en una de estas tres situaciones:

  • Si sus temores o miedos empiezan a invadirle su estilo de vida.
  • Si sus miedos duran largos períodos de tiempo y son muy intensos.
  • Si afectan a su capacidad para relacionarse con los demás.

Estos miedos pueden ser la manera en que el niño esté pidiendo ayuda.

Si deseas hacer algún comentario puedes rellenar el formulario que encuentras a continuación y te contestaré lo antes posible.

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