Si quieres ayudar a un familiar o amigo que ha perdido a un ser querido y no sabes cómo (ya que puedes sentirte sin saber qué hacer ni cómo actuar), te propongo que tengas en cuenta las siguientes recomendaciones.
Normaliza la situación.
Es normal que ante la pérdida de un ser querido la persona sienta una gran variedad de sentimientos, emociones…
Deja que se desahogue.
Debemos permitirle que sienta y exprese libremente su dolor, tristeza, miedo, rabia… por la muerte del ser querido, ya que suele ayudar a elaborar el duelo.
Si llora, lo que más necesita en estos momentos es tu presencia, cercanía, compañía y afecto.
Evita frases hechas.
Si no sabes qué decir… no digas nada.
Limítate a estar presente, acompañando, escuchando… es mejor el silencio que frases tipo: “Así ha dejado de sufrir”, “El tiempo lo cura todo”… ya que el duelo nunca se cura; uno se recupera con el tiempo (que es muy distinto), y existirán momentos difíciles en el futuro donde la persona debe trabajarse activamente para recuperarse.
No temas mostrar tus propias emociones.
Si tienes ganas de llorar, llora. La otra persona verá que a ti también te ha afectado porque también te importaba.
Esto facilitará que se sienta comprendido.
Permite que hable del ser querido fallecido.
Permite que hable todo el tiempo que haga falta y compartir recuerdos de la persona fallecida.
Recordar a la persona querida es un consuelo para los supervivientes. Repetir y evocar los recuerdos es parte del camino que se tiene que recorrer.
Como bien decía Jorge Bucay en “El camino de las lágrimas”:
“Es mediante la actualización y la expresión de los sentimientos que la persona en duelo se puede sentir aliviada y liberada”.
También hay que tener en cuenta que hay personas que viven un duelo privado y no les gusta exteriorizar sus emociones, en este caso respetaremos también esta necesidad de no hablar.
Facilita la despedida.
Ir al tanatorio, ver el cadáver, ir al entierro… para que se acepte la realidad de la ausencia y no se elaboren creencias falsas sobre el hecho.
Mantén el contacto.
Cuando hayan pasado unos días, puedes quedar para tomar un café, dar un paseo, enviar un whatsap, hacer una llamada telefónica … el contacto puede mantenerse de muchas maneras.
Los cumpleaños y las fiestas son momentos dolorosos en los que podemos hacer un esfuerzo especial para estar cerca de la persona en duelo.
A veces es necesaria la ayuda de un profesional de la Psicología para que ayude a elaborar el duelo.
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