Estos meses de verano he recibido (y sigo recibiendo) consultas preguntando cómo se puede controlar el dolor de cabeza en verano, y creo que puede resultarte de utilidad leer este post con algunas recomendaciones básicas que ofrezco como respuesta.
En esta época, a pesar de la reducción del estrés, la cefalea veraniega puede ser un malestar habitual.
Los cambios de hábitos del verano pueden aumentar la frecuencia de desarrollo del dolor de cabeza o de las migrañas.
Encontramos varios motivos, pero éstos están relacionados con la modificación de costumbres respecto al resto del año: la importante presencia del sol (mucho más intenso que en otras estaciones), los cambios brucos de temperatura, el dormir poco…
Voy a exponerte algunos
de los motivos más habituales:
- Exposición prolongada al sol. La cefalea relacionada con la insolación es un malestar que se manifiesta sobre todo en la frente y que se acompaña de náuseas, visión borrosa y, en casos extremos, puede llegar a ocasionar un golpe de calor y la pérdida de consciencia.
- Luz intensa del sol. El cerebro es sensible a la estimulación sensorial, y la luz es uno de los estímulos más potentes.
- Cambios de hábitos y de alimentación. El cambio de rutinas y el aumento en el consumo de alimentos y de alcohol son factores que predisponen a esta molestia.
- Alteraciones de las rutinas del sueño. El hecho de que haya más horas de luz durante el verano modifica la segregación de hormonas y el sueño, un factor importante en el desarrollo de las cefaleas.
- Viajar. Durante las vacaciones también pueden generarse momentos de estrés por el simple hecho de viajar: tensión del desplazamiento, preparar las maletas, organizar el viaje, viajar muchas horas en coche…
Veamos ahora algunas recomendaciones para evitar la cefalea veraniega:
- Mantener una rutina en los horarios de sueño.
- No pasarse con las comidas copiosas, y consumir de forma moderada los refrescos, alcohol y bebidas excitantes.
- Reducir la exposición excesiva al sol y buscar sombras, no olvidarse de aplicar el protector solar incluso en la sombra.
- Utilizar gafas de sol para la protección ocular.
- Hidratarse de forma constante, aunque no se tenga sed ir bebiendo sorbitos de agua.
Todavía nos queda verano por disfrutar, así que si no lo estás haciendo ya empieza a introducir alguna de las recomendaciones que te he ofrecido en tu día a día y recuerda que si el dolor persiste fuera de esta época veraniega, lo mejor es acudir a tu médico de cabecera.
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