A veces nos puede parecer que las relaciones de pareja dan mucho trabajo y son complicadas, pero si nos paramos a pensar, nos damos cuenta de que tener una relación de pareja saludable es más sencillo de lo que parece (siempre y cuando los dos miembros de ésta sean capaces de dejar de lado sus propias inseguridades y malas experiencias del pasado).
A continuación tenéis una serie de pautas que os ayudarán a que vuestra relación de pareja sea más sana.
- Diálogo sincero
Sin herir, humillar o faltar al respeto.
Los desacuerdos y las discusiones no son perjudiciales en sí mismos. Se puede hablar, escuchar, comunicarse y llegar a entenderse.
- Escucha activa
Se trata de escuchar activamente, dando señales de que nos interesa y de que entendemos lo que nuestro interlocutor nos dice.
Es muy importante que ambos miembros de la pareja se sientan entendidos para tener una relación sana.
- Aceptar la responsabilidad
Uno de los errores más frecuentes en la convivencia es hacer al otro responsable de las peleas y discusiones.
Aunque la inicie uno, las discusiones son cosa de dos, por lo que ambos contribuyen a ellas.
Hay que reconocer nuestra parte de protagonismo en los errores.
- Pedir perdón
Cuando una pareja lleva unida mucho tiempo, frecuentemente deja de hacerse gestos cariñosos, como un beso de despedida.
No se pide perdón después de una discusión y se guarda rencor poco a poco.
- No irse a la cama enfadados
Se trata de luchar contra la ‘conspiración del silencio’.
No permitir que nos vayamos a la cama enfadados y que pasen los días sin aclarar las cosas.
La rabia y el rencor se irá a cumulando y tarde o temprano acabará explotando.
- No vivir en cuento de hadas
Las metas de la pareja han de ser realistas para no llevarnos desengaños.
Es positivo tener sueños e ilusiones pero han de ser realizables y posibles para que no vaya mermando nuestra ilusión y confianza en la pareja.
- No retomar enfrentamientos
Hacer borrón y cuenta nueva.
Ésta es la única forma de evitar quedarse encerrados en el círculo del enfrentamiento continuo.
De hecho, volver a las discusiones pasadas no sólo es ineficaz, sino dañino.
- Resolver las crisis
Si la pareja consigue superar su crisis saldrá fortalecida la relación. Para ello es necesario conseguir conciliar los intereses de ambos, cubrir las necesidades, compartir las metas, los sueños…
- Dejar los problemas de trabajo en el lugar de trabajo
La pareja nos sirve de desahogo de nuestros problemas y no es malo pero como todo necesita sus límites, no podemos saturar a nuestra pareja, hay que evitar que todas nuestras conversaciones giren entorno a la situación estresante que vivimos en el trabajo.
Hay que respetar los espacios e intentar no saturar con cosas negativas.
- ¿Quién lleva las riendas?
Compartir el peso de la pareja.
En ocasiones, las discusiones llegan porque uno de los dos cree que al otro se le ha acabado el amor; en especial, si las muestras de afecto disminuyen.
Ninguna relación se mantiene constante en el tiempo, no son estáticas.
Los roles se irán intercambiando a lo largo del tiempo, unas veces será ella quien recibe y otras será la que da amor, ambos papeles tienen sus ventajas.
¿Y tú? ¿Tienes una relación sana de pareja?
Espero que esta frase de Walter Riso te ayude a responder a la pregunta formulada:
“La persona que amamos debe contribuir a nuestra felicidad, ayudarnos a crecer como individuos y favorecer nuestra libertad e independencia”.
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