¿Llevas tiempo quejándote de que te duele algo? ¿Tienes algún tipo de molestia? ¿Enfermas con frecuencia? Si te identificas con alguna de estas preguntas, permíteme que te diga que tu cuerpo enferma para que lo escuches, para que lo observes, para que lo mimes …
Fíjate en que posiblemente pienses una cosa y decides otra, sientes una cosa y haces otra…, puede que no seas coherente contigo por miedo al rechazo, al abandono, a la crítica, etc… y entonces es cuando enfermas; podríamos decir que el cuerpo grita lo que el alma calla.
Para mí, la enfermedad es un mensaje del alma, un bloqueo emocional que te advierte que no vas en la dirección correcta, y se manifiesta en tu cuerpo a través de los síntomas para que sanes.
La mayoría de las enfermedades tienen un origen emocional (conflictos emocionales), y según sea la emoción, afectará a un órgano ó otro del cuerpo.
Si prestas atención a tu cuerpo, aprenderás a interpretar esos mensajes, ya que como bien te he comentado, las emociones no expresadas afectan tu salud y se expresan en tu cuerpo a través del dolor y/o enfermedad. Tu cuerpo te envía señales (dolor) para llamarte la atención sobre “algo” que te conviene modificar, ya sean pensamientos dominantes negativos y/o ciertas creencias que limitan tu vida…, sólo tienes que aprender a escuchar.
Si tienes en cuenta la relación de cada órgano con tus emociones, te será más fácil identificar qué te está ocurriendo y en dónde debes enfocarte para restablecer el equilibrio, por eso te detallo brevemente aquellos órganos que observo que “sufren” más los pacientes que trato y la relación de cada uno de ellos con las diferentes emociones:
ESTÓMAGO: Es la capacidad de aceptar o digerir a una persona o situación. Al sufrir dolor de estómago debes revisar tu intolerancia y temor a lo que no te gusta, la resistencia a nuevas ideas, la dificultad para adaptarte a algo o a alguien que va en contra de tus creencias…
COLUMNA VERTEBRAL: Es la encargada de mantenerte recto y está vinculada directamente a la voluntad.
Te da flexibilidad para realizar tus actividades: levantarte, agacharte, acostarte, estirarte …
A medida que tus pensamientos se vuelven más rígidos, toma esa rigidez, disminuyendo tu flexibilidad, lo cual va limitando tus movimientos.
Si observas a personas que tienen actitudes firmes verás que mantienen la columna recta, la cabeza erguida y el plexo solar expandido.
Cuando hay una voluntad débil, la columna se curva, los hombros se caen y la cabeza se inclina en una actitud de sumisión.
Las problemas sobre la parte lumbar están relacionados con la seguridad, con el «tener», con aquellas cosas que te dan apoyo, seguridad…, cuando los miedos y/o pérdidas aparecen y sientes la falta de control es allí donde se manifiesta.
Los problemas en la zona cervical están ligados a la inseguridad afectiva.
PIERNAS: Son las encargadas de llevarte hacia donde quieres.
Están ligadas a tu capacidad de avanzar en la vida y en la forma de hacer frente al futuro.
Cuando te duelen debes revisar cuáles son las causas que no te permiten avanzar, sea por miedo al futuro o por algo del pasado que debes dejar ir.
RODILLAS: Están relacionadas con el orgullo. Las dolencias en las rodillas también indican que te doblegas al ego.
PIES Y MANOS: Los pies son el sostén en tu vida y los encargados al igual que las piernas de ayudar a trasladarte, están en contacto con la tierra. Los problemas surgidos en ellos, te marcan que debes mantenerlos arraigados en el “Aquí y ahora”, en el presente.
Las manos están relacionadas con el dar y recibir.
Es muy importante y necesario que consultes con los diferentes profesionales de la salud y con terapeutas para que te ayuden a encontrar la raíz de tus problemas emocionales para cortarlos, porque si no logras sanar la emoción que provoca una enfermedad volverá a aparecer .
Si crees que puedo ayudarte contacta conmigo rellenando el formulario que encuentras al finalizar la lectura del artículo.
Me gusta mucho