Con la llegada del mes de septiembre damos por finalizadas las vacaciones de verano, las cuales han supuesto para nuestros hijos unos meses sin ir al colegio, se termina un periodo intenso lleno de momentos agradables y de desconexión…; por lo tanto, no debe extrañarnos que para muchos la idea de tener que volver al colegio no tenga ningún aliciente ya que saben que se encuentran de nuevo con la rutina escolar, y además algunos también se enfrentan a nuevos centros, nuevos compañeros, nuevos profesores …

Para que la vuelta al cole resulte de lo más sencilla os voy a facilitar una serie de pautas que os pueden resultar útiles.

  • Demos ejemplo a nuestros hijos y no les transmitamos ideas negativas sobre la pereza que da volver a la rutina.

Pensemos que observan y imitan lo que decimos y hacemos, así que os recomiendo que resaltéis el lado positivo de la vuelta al colegio y de las actividades extraescolares tipo: “verás de nuevo a tus amigos”, “aprenderás cosas nuevas”…

  • La adaptación a los nuevos horarios y obligaciones debe realizarse de forma gradual.

Es interesante que cuando se den por finalizadas las vacaciones de verano de los padres se empiecen a recuperar los hábitos normales en cuanto a horario de sueño (levantarse más temprano y acostarse antes), recuperar los horarios de comida…

  • Si durante el verano los niños han realizado algunos deberes o han leído, la vuelta a la normalidad les resultará menos costosa porque su rutina veraniega no habrá desconectado del todo de la escolar; particularmente yo recomiendo (aunque hayan aprobado el curso): escribir un diario de verano, leer, repasar conceptos con un cuadernito de verano…
  • Empezar a preparar el material escolar desde principio de septiembre involucrándolos a ellos en su preparación: compra de material didáctico, uniforme… que se vayan familiarizando y mentalizando del regreso a la escuela.
  • Hablar con ellos sobre futuras dudas que tengan sobre si habrá cambio de profesor, si algún compañero cambiará de escuela… escuchemos sus necesidades y acompañemos en este inicio de etapa.
  • Demos importancia al primer día. Nuestros hijos se sentirán mucho más seguros si los acompañamos nosotros el primer día de clase, deben saber que estaremos allí para ayudarles con sus miedos, dudas, inquietudes… es fundamental que el primer día se haga sin prisas y con calma para no añadir todavía más estrés.

Como habéis leído se trata de pautas que son fáciles de aplicar y beneficiosas a la vez; de todas maneras ya sabéis que podéis comentarme todas aquellas dudas que os surjan.

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