Esta semana he ido un poco mal de tiempo para escribir el post en el Blog, y que mejor día hoy para escribirlo, el día de la madre, y dirigirnos unas líneas a nosotras, a todas aquellas madres que luchamos día tras día con nuestros hijos para que sean felices.
Dicen que la felicidad de una madre depende de la felicidad de sus hijos.
Como madres, vivimos, respiramos y nos sacrificamos por el bienestar de nuestros hijos. Lo más importante es recordar que el amor que invertimos en nuestros hijos es lo que hace la diferencia, incluso si no vemos los frutos en un principio.
Voy a facilitaros unos tips que me están funcionando a mí y espero que os sean de utilidad:
- Apoyad siempre a vuestros hijos y no os burléis de sus intereses, amigos… ayudarlos a alcanzar sus sueños dándoles apoyo, valor y la oportunidad para que lo hagan.
- Ser pacientes. Ser madre no es fácil, y los niños no vienen con un manual de instrucción debajo del brazo, pero no perdáis la calma y ser pacientes. Mantener la calma, explicar las razones por las que vuestros hijos no deben hacer algo y luego el por qué vosotras no queréis que lo hagan.
- Interesaros por sus intereses: Si les gusta la música, comprarle una guitarra y escúcharlos tocar, hacerles preguntas como cuál es su tipo de música favorita, cual es la canción que más les gusta…
- Aseguraros de estar siempre abiertas al diálogo. Dar lo mejor de vosotras para ser siempre oyentes comprensivas. Saber que pueden acudir a su madre para recibir consejos sobre sus amigos, abrazarlos… es muy importante para ellos. No tener alguien con quien hablar puede hacer que vuestros hijos se escondan tras un caparazón, así que aseguraros de hablarles asiduamente acerca de cómo se sienten.
- Tener la capacidad de admitir vuestros errores y no tengáis miedo de pedir disculpas. Puede ser difícil, pero lo mejor es admitir nuestros errores y pedir disculpas. Simplemente calmaros, evaluar la situación y determinar si lo que hicisteis estuvo mal y por qué. Luego, pedir disculpas y explicar por qué actuasteis de esa forma.
- Hacer que vuestros hijos se sientan especiales. Darles besos de buenos días, buenas noches, abrazos… demostrarles vuestro amor compartiendo palabras cariñosas.
- Darles cierta libertad. Necesitan aprender a vivir y a solucionar los problemas por sí solos. Eso les dará confianza y les permitirá convertirse en adultos independientes y tener éxito en lo que se propongan.
Me gustaría finalizar este post compartiendo unas palabras que me dijo hace tiempo mi hija de 10 años: “Cuando me equivoco me corriges. Cuando dudo me aconsejas y siempre que sufro estás a mi lado. ¡Gracias Mamá!”
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