La Navidad puede ser sinónimo de estrés, ya que nuestra agenda y nuestra rutina diaria se ven alteradas: planificación de menús, compra de regalos, planificación de actividades con los niños…

Durante estos días no solo corremos el riesgo de comer en exceso, sino también de asumir demasiados compromisos, lo que puede hacer que las navidades sean del todo menos tranquilas.

Podemos afrontarlas con ilusión, con indiferencia, y en muchos casos con resignación deseando que el tiempo pase lo más rápido posible; son muchos los sentimientos y sensaciones que afloran durante estos días en los que todos intentamos “sobrevivir” de alguna manera.

Parece que todo el mundo deba estar alegre, sonriendo, contento… y muchas son las personas que se sienten melancólicas, tristes y las depresiones se acentúan.

 

¿Qué recomiendo?

 

Cambiar de actitud.

Intentemos ver lo bueno que hay en nuestra vida y disfrutar el día a día intensamente.

 

Cuidar de ti.

Tomemos un tiempo para cada cosa; delegar, repartir tareas y responsabilidades es necesario. Reservemos diez minutos diarios al día para hacer ejercicios de respiración consciente para que podamos descansar correctamente.

 

No ser esclavo de las tradiciones.

La Navidad está llena de momentos, celebraciones, detalles… que no todo el mundo tiene que compartir. Hay quien disfruta más con una comida sencilla que con muchos platos.
Intentemos disfrutar la Navidad como más nos guste.

 

Evitar la perfección.

Intentemos compartir tareas: decoración, planificación de menús, compras … no todo debe ser perfecto para disfrutar de una cena o comida agradable.

 

Disfrutar en familia.

La familia es un pilar importante, y la Navidad es una buena ocasión para disfrutar de ella más intensamente: haciendo compras conjuntas, ir al cine, ir a la cabalgata de reyes juntos, envolver regalos…

 

Apoyar a los mayores.

Superar ausencias, la mala salud de algunos familiares…
Todo ello afecta al estado de ánimo de las personas mayores, especialmente en esta época del año necesitan sentirse más apoyados y comprendidos por parte de la familia.

Pongamos nuestro granito de arena para que disfruten de los nietos, que colaboren en la organización de las comidas o cenas navideñas… en definitiva, que se sientan útiles y necesarios.

 

Mantener la armonía.

No debemos olvidar que los conflictos pueden estar presentes; para salir airosos de éstos, recomiendo que guardes las formas, que colabores cuando vayas a casa de familiares a comer o cenar, que evites sacar temas de conversación delicados como la política ya que hay diversidad de opiniones al respecto y ninguna es mejor que otra…

 

No existe el regalo perfecto.

Acertar con los regalos no siempre es fácil, pero recuerda que lo más importante es el detalle y el regalo más caro no es el más perfecto.

 

¿Pensabas que iba a recomendar tips inalcanzables?
¿Practicas alguno de ellos? ¿Vas a empezar a seguirlos a partir de este año?

 

Te deseo que pases una FELIZ NAVIDAD sin estrés.

Pin It on Pinterest