Es importante que les enseñemos a ser responsables.
¿De qué manera?
Siendo un modelo a seguir: los niños nos observan a diario.
No podemos pretender que recojan su cuarto cuando ven el tuyo hecho un desastre.
Por lo tanto, es básico que nos revisemos primero a nosotros y ver si estamos mostrando una conducta responsable.
Poco a poco debes irlo entrenando para los conflictos de la vida y que pueda llegar a ser una persona autónoma y responsable.
Quiérelo: Es muy importante que le quieras y que le quieras por lo que es: hijo, hermano, amigo… y NO por lo que hace.
Cuando su conducta no es buena no tienes que dejar de quererle.
Tu amor como madre/padre es incondicional, si lo siente como tal desarrollará un “yo fuerte” para afrontar los desafíos de la vida.
Evita descalificarle: no hay que sancionar a las personas, SI a los actos, que no es lo mismo.
Y entender que no son una prolongación de nuestros proyectos.
Si tú soñaste con tener un niño tranquilo y su carácter es despierto, debes aceptar su forma de ser, sin olvidar suavizar los defectos.
NO le soluciones los problemas: tienes que darle ideas y dotarlo de fuerza para que pueda encontrar la solución por sí misma.
¿Le sigues vistiendo con 6 años? ¿Sigues defendiéndole cuando discute con un amigo a los 9?
Enséñale a tomarse la vida con calma: muchas veces la ansiedad de los padres impide que los hijos crezcan psicológicamente.
Trabaja la autoestima a diario: una de las quejas que verbalizan los padres sobre sus hijos es: “Qué irresponsable es”.
Busca lo bueno: enfócate en los momentos en que tus hijos no son del todo tan “irresponsables”.
Alaba las conductas responsables: “ Qué bien ordenada está tu habitación”.
De esta manera habrán más posibilidades de que vuelvan a tener una conducta responsable.
Frase que te ayudará a pensar:
“Los mejores regalos que puedes dar a tus hijos son las raíces de la responsabilidad y las alas de la independencia”.
Denis Waitley
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