Cuando trabajo con niños, normalmente hago una primera entrevista con los padres con el objetivo de conocer los motivos por los cuales el niño acudirá a terapia y para conocer el contexto familiar.

¿Por qué una entrevista inicial con los padres?

Porque durante ésta veo si hay conflictos entre padre y madre, conozco la manera en que los padres ven a su hijo, conozco el motivo de consulta, los antecedentes del niño, su problema actual, cómo se desarrolla su día a día, cómo se relaciona con los familiares y amigos…

Prefiero que sea solamente con ellos y posteriormente tener la primera entrevista inicial con el niño para conocer si le gustaría trabajar conmigo.

¿Por qué? Porque a veces puede ser que nos encontremos que el niño acude a consulta por un problema de autoestima y los padres sin querer utilicen a la hora de describirlo algún adjetivo que el niño pueda sentirse ofendido y como consecuencia de ello su autoestima se resienta todavía más.

También recomiendo explicar a los niños que van a ir al psicólogo y el motivo.

¿Cómo es una primera sesión con el niño?

A los niños les gusta jugar, y es sencillo que a través del juego me faciliten mucha información; a parte de observar también los mensajes no verbales iniciales: qué hace cuando llega, si quiere entrar en la sala de terapia sólo y de qué manera lo hace, el tono de su voz…

Les pregunto si saben a qué vienen, quién soy y qué hago.

A veces, me encuentro que atiendo a niños que no saben qué es un psicólogo ni porque vienen a mi consulta. Les explico brevemente entonces quién soy, qué haremos y establecemos unas “reglas de terapia”.

Utilizo esta primera sesión para conocer al niño de manera general.

Los puntos más importantes de esta primera sesión son:

  • La presentación.
  • La aclaración de porqué están aquí.
  • Explicarles en qué consiste el “secreto ético”: aquello de lo que hablemos se queda entre nosotros, (es increíble cuando les digo esto lo que llegan a verbalizar).
  • Establecer la manera en la que trabajaremos definiendo los objetivos.

Con esta primera valoración, teniendo en cuenta el motivo de visita de cada niño y de sus objetivos establecidos, las visitas son de periodicidad semanal al principio, luego quincenal, mensual (siempre respetando la evolución el niño) hasta que pasamos al seguimiento trimestral, semestral y anual.

Si crees que puedo ayudarte en la salud psicológica de tu hijo, puedes rellenar el formulario que encuentras al finalizar el post, y en breve contacto contigo.

 

 

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