Quizás te sorprenda el título de este post, pero cada vez están más en auge las operaciones de cirugía estética, sobretodo ahora que llega el verano, ya que se aprovecha el descanso vacacional laboral para someterse a este tipo de cuestiones.
Si sientes identificación por lo que estás leyendo …
Te has parado a pensar ¿cuáles son las razones por las que una persona se somete a una operación de cirugía estética?
Estas pueden ser varias como: pérdida de peso, retocar ciertos puntos determinados del cuerpo, perder algo de grasa… sí es cierto que en algunos casos existe un problema de salud de raíz que lleven precisamente a operaciones de este tipo, pero en la mayoría de los casos tiene que ver con que la persona desea sentirse mejor tanto exteriormente como consigo mismas.
Por ello, hay una relación delicada entre cirugía estética y autoestima.
Desde un punto de vista psicológico, cabe la posibilidad que quiera sentirse mejor consigo misma, por lo que (en estos casos), la autoestima juega un papel fundamental, puesto que en la mayoría de las situaciones ésta resulta estar un tanto baja: se ven mal, y desean cambiar estéticamente.
En estos casos recomiendo preguntarse: ¿realmente me llenará esa operación como para sentirme bien después?
En la mayoría de los casos la respuesta será afirmativa, pero en otros tan sólo basta con quererse a sí mismos y aceptarse tal y como es cada uno.
Voy a centrarme más concretamente en la operación del implante de prótesis mamarias con el fin de aumentar el volumen del pecho, ya que es una de las operaciones de cirugía estética más requeridas por las mujeres de todo el mundo.
Algunos cirujanos expresan que muchas personas, cuando están angustiadas y no saben cómo canalizar esa angustia, acuden al cirujano plástico para ver si con una cirugía pueden encontrarse mejor, valorarse más y aumentar la autoestima; pero la autoestima es algo más profundo, que no pasa por el volumen de los pechos o por el tamaño de la nariz.
Por lo tanto, es sumamente necesario revisar si las razones para someternos a la operación son las adecuadas, porque la intención de operarse el físico puede esconder trastornos que pueden derivar desde una falta de autoestima como he comentado anteriormente hasta una adicción enfermiza que esconda un tipo de ansiedad que debe ser tratada.
Otro de los problemas que se esconden detrás de una intervención de este tipo es la aceptación social: la búsqueda externa de aprobación no deja de ser un problema psicológico que no se corrige con un bisturí.
Por lo tanto, antes de someteros a una operación de estética recomiendo que visitéis al psicólogo quien valorará si hay una baja autoestima, si hay una cierta ansiedad que necesita ser atendida, si existe un problema de fondo más complejo el cual puede trabajarse, llegar a solucionarse y acabar con la aceptación de ser uno tal y como es.
Si aún y así decides operarte de aquella/s parte/s de tu cuerpo que te desagradan, te invito a que respondas a las siguientes preguntas:
¿Lo hago por mí o por otras personas?
¿Soy libre en la elección o bajo presión?
Piensa en los motivos REALES que te llevan a someter a tu cuerpo a un cambio antes de pasar por quirófano.
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