Hoy, iniciamos la vuelta a la rutina después de las Fiestas Navideñas donde los patinetes, los videojuegos, las tablets … han sido los protagonistas de nuestros hijos estos últimos días.

Pero toca incorporarse al ritmo de las clases, los deberes, las actividades extraescolares … en definitiva: la rutina de nuevo; y se les hace cuesta arriba a la gran mayoría.

Son muchos los juguetes nuevos y el poco tiempo disponible para poder disfrutar de ellos antes de volver a la rutina, y a los niños les encantaría poder tener más tiempo para jugar con sus regalos, por eso es importante racionalizar los tiempos de ocio y ayudarles a adaptarse a los nuevos horarios.

En estos primeros días, es conveniente establecer los deberes como una prioridad ante la diversión. No se trata de prohibirles el tiempo de juego, sino de ir recuperando el ritmo diario sin que perjudique a su rendimiento.

En vacaciones solemos acostarnos más tarde, por lo que los horarios de nuestros hijos se descontrolan. Lo más recomendable es que se acuesten antes de las diez de la noche, sin preocuparnos por la dificultad para conciliar el sueño: se trata de un trastorno pasajero.

Disminuir las horas de la televisión y los aparatos electrónicos también es beneficioso, sobretodo unas dos horas antes de acostarse. Lo ideal, a partir de ahora, es dedicarles un máximo de una hora diaria y intentar que la formación siempre complemente al entretenimiento.

La alimentación también es otro factor importante a tener en cuenta estos días. El paso de un período más sedentario a otro más activo (jornada de colegio más actividades extraescolares) provocará un “plus” de cansancio que se puede combatir con una dieta equilibrada, intentando evitar la bollería industrial y invitándoles a que consuman más fruta y productos saludables.

Para eso, es importante coger el hábito de desayunar correctamente, levantándonos con el tiempo suficiente por la mañana ya que es fundamental ir a clase con las pilas cargadas. Muchos de vosotros al leer estas líneas pensaréis que es imposible, que las mañanas no dan para más, que vais estresados… lo sé, porque lo sufro a diario, pero con una buena organización y junto a unos buenos hábitos es posible.

Algunas pautas que pueden ayudar

  • Motivación a nuestros hijos: hablarles de los profesores, compañeros… siempre de manera optimista para que empiecen las clases con ganas.
  •  Empezar con las rutinas del sueño y comidas antes del inicio de las clases. Ya que durante las vacaciones es normal que no se hayan seguido unos horarios ni de descanso ni de comidas, por eso es importante que se vayan acostumbrando a unos horarios  y que estos se mantengan a lo largo del trimestre para que la rutina sea más efectiva.
  • Preparar el material y la ropa antes de acostarse para que se familiaricen de nuevo con el ritmo escolar y según la edad de estos que desarrollen su autonomía, es decir: que se lo preparen solos.
  • Los primeros días, se pueden compaginar actividades que se hayan hecho durante las vacaciones con las clases. Por ejemplo: quedar con algún amigo entre semana, si antes lo hacíamos a diario, ahora de 2 a 3 veces…

Pensar que es normal que la vuelta a la rutina les cueste, ¡nos cuesta a los adultos! Pero siguiendo unas pautas, con ciertos hábitos y buena predisposición, se consigue que el proceso de adaptación sea lo más llevadero posible.

 

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